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Un joven y precoz escritor, Enrique Sabas, conoce de manera casual a Margaret, diseñadora gráfica, dos o tres años mayor que él y el flechazo es recíproco e inmediato. En la actualidad, 30 años después de casarse y siendo padres de dos hijos, Margaret es diagnosticada de cáncer y, a pesar de la lucha y la resistencia que ofrece a la enfermedad, de todos los tratamientos convencionales y experimentales a los que se somete, la enfermedad entra en fase terminal.

La novela nos contará, alternando por capítulos, la historia de su enfermedad y la del momento en que se conocieron. Realmente son dos historias claramente diferenciadas que, al final de la novela quizá pueda una encontrar continuidad en la otra, pero que durante todo el libro, bien pudieran leerse por separado.

Empieza el libro cuando ambos son jóvenes e inician su relación. A pesar de las diferencias entre ambos, de familia, estatus económico, origen social, etc, consiguen formar una familia feliz. Sus relaciones de pareja parecen bastante sólidas y sus hijos son dos jóvenes normales, que llevan una vida más o menos ordenada.

Sin embargo, la enfermedad de la esposa pondrá a prueba los cimientos de esta casa. Ella ha sido siempre la guía espiritual y material de la familia, pero ahora ya no puede hacerlo. Poco a poco, va delegando sus funciones en Enrique y éste, acostumbrado a que ella tomara todas las decisiones, fáciles o difíciles, tiene que enfrentarse a situaciones desesperadas a veces, pero a las que consigue hacer frente gracias al amor que les sustenta.

Toda su obsesión es poder decir a Margaret, antes de que muera, todo lo que ella significa y ha significado para él. Es una carrera contra el reloj que siempre gana el reloj.

Es una novela muy interesante, penetrante, emocionante y muy bien escrita. Ambas historias, la presente y la pasada, tienen tal intensidad y captan la atención del lector de tal manera, que no te apena que se acabe un capítulo, pues aunque esta historia quede en lo más emocionante, lo hace para poder seguir con la otra que dejaste cuanto estaba en su momento más apasionante. Es adictiva y no dejas escapar ninguna ocasión para continuar con su lectura.

A pesar de que las lágrimas corrían por mi cara a su libre albedrío, no quiero dejar de recomendarla pues es una historia tan bonita, tan tierna y entrañable, tan apasionada, tan desgarradora,  que todo esto compensa los pasajes tristes y emotivos.

Sólo quiero destacar dos detalles que no me gustaron mucho, pero debo indicar que lo que voy a decir aquí desvela parte de la trama. Un spoiler en toda regla que espero que me perdonéis y que sólo deberían leer quienes ya hayan leído el libro, para así poder opinar y debatir al respecto.